Reciclado de materiales de construcción en pos de la ecología y la protección de recursos
Situación ambiental global
En el siglo XXI nuestro planeta se enfrenta a nuevos desafíos globales y ecológicos. Según estimaciones de la ONU, en el año 2025 la población mundial habrá aumentado a 8.000 millones de personas, aproximadamente. Con la población mundial en rápido crecimiento, también aumenta el consumo de recursos de manera progresiva.
En el «Living Report» de la organización mundial conservacionista WWF, se hace referencia a que el footprint ecológico de la humanidad, que describe la relación del uso de recursos naturales con respecto a la capacidad biológica de nuestro planeta, aumentó del 50% en 1960 a 130% en 2009. Dicho de otra manera, la humanidad vive a costa de sus recursos disponibles y destruye su propia base vital a una velocidad creciente.
El alarmante calentamiento global debido a la emisión desenfrenada de CO2 también muestra el problema del consumo de recursos sin límite. En 2009, el Jefe de Estado y de Gobierno mundial estableció en Copenhague que se debía limitar el calentamiento global a 2° C como máximo. Esta meta solo podrá alcanzarse, si se cambia la economía mundial actual de un consumo intenso de recursos por el reciclado neutral de CO2.
Es necesario proteger los recursos
Si consideramos el consumo global de recursos, existen grandes diferencias entre los países industrializados y los países en desarrollo.
Según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, el consumo de materias primas en los 15 países miembro de la UE es de aproximadamente 15 a 16 toneladas por persona, por año. Sin embargo, este consumo es muy diverso, dado que la Oficina Federal de Medio Ambiente de Alemania informó un consumo de materias primas por persona de aproximadamente 52 toneladas en el año 2004. Este consumo de material representa un menoscabo ecológico para Europa y para otras regiones del mundo. En este sentido, el uso excesivo de recursos renovables (como lo muestra el footprint ecológico), las crecientes emisiones en el agua, aire y suelo y la generación de grandes cantidades de residuos son los factores preponderantes.
Además, el agotamiento de recursos no renovables también generará en poco tiempo una falta de disponibilidad en la producción industrial. Tanto en la «Directiva Natura 2000» como en las «Directivas de desarrollo sostenible en el continente europeo», la Comisión Europea y la Conferencia Europea de Ministros de Medio Ambiente apelaron a la protección de la biodiversidad, además de la naturaleza y los ámbitos culturales de Europa. Esto significa, que en un futuro los espacios naturales que todavía se preservan no podrán ser destruidos debido a la explotación de materias primas. Teniendo en cuenta estas premisas ecológicas, se prevé que habrá escasez de materia prima para materiales para la construcción.
En 2006, en el documento de estrategia de la UE de desarrollo sostenible el Consejo del Parlamento Europeo solicitó mejorar la eficiencia de recursos para disminuir el consumo general de recursos naturales no renovables y el consecuente efecto negativo ambiental. En este caso, los recursos naturales renovables solo podrán utilizarse en la medida que su consumo no supere su capacidad de regeneración.
Volumen de residuos en Europa
Según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, un tercio de los recursos utilizados se transforma en residuos y emisiones. En los Estados miembro de la Unión Europea, por año se generan unas 4 toneladas de basura por cada habitante.
La mayor parte del volumen de residuos se genera en Europa debido a las actividades de construcción y demolición. Según informado por la Oficina Europea de Estadística eurostat, el 48% del volumen de residuos de los 15 países miembro de la UE y de los países de EFTA resulta de los trabajos de construcción y demolición; el 15% restante de la cantidad de basura se genera en la minería y en la extracción de piedras y tierra.
En total, aproximadamente un tercio del volumen de residuos se origina en la construcción, demolición, minería y extracción de piedra y tierra. En su mayoría, esta basura son productos de desecho mineral. En virtud de la cantidad total de basura anual que se genera en los 25 países de la UE y EFTA, que se estima en 1.750 a 1.900 millones de toneladas, el volumen de residuos minerales es de aproximadamente más de 900 millones de toneladas por año.
Encontrar un lugar de depósito ecológico para esta gran cantidad de residuos minerales se torna difícil. Además, por lo general, debido a la ubicación de estos depósitos es necesario transportar los residuos minerales a gran distancia, lo que no solo agota la infraestructura de transporte, sino que también implica la emisión de CO2, que no es insignificante.
Por los motivos expuestos, es imprescindible reformular la economía europea en pos del reciclado y el objetivo manifiesto de la Unión Europea.